Cuanto más numerosas son las cosas que quedan para aprender,
menos tiempo queda para hacerlas. — Marcel Prévost
Hace muchísimos años tuve la suerte de poder hacer gratis un curso de especialización del programa de diseño gráfico del que todo el mundo hablaba maravillas; se llamaba Corel Draw.
Creo que fueron más de 400 horas de interminables clases y aburridas prácticas que me convirtieron en “experto certificado” del programa.
Al poco tiempo de terminar el curso y graduarme en la escuela de arte, conseguí mi primer trabajo de diseñador gráfico en una pequeña agencia de publicidad.
Allí, un buen amigo con más experiencia como diseñador me recomendó que me pasara a Freehand, el programa de diseño que usaban los “auténticos profesionales”.
Después de ver su potencia y ventajas, me dije: “Si pude con Corel Draw podré con Freehand… Es más intuitivo, más profesional y es el que utilizan los mejores diseñadores ”.
Meses después, con muchas horas, trabajo y esfuerzo usaba Freehand de manera como un auténtico profesional.
Pero al poco tiempo de esto, Adobe Systems compró Macromedia, la empresa que desarrollaba Freehand, por 3.400 millones de dólares.
Adobe anunció que ya no habría nuevas versiones de Freehand.
No tengo palabras para describir como me sentí, pero la cara que se me quedó podría ser esta:
Casi sobra contar que también aprendí a usar Illustrator, de hecho he llegado a ser profesor de este programa.
Pero vayamos al grano:
Por qué creo que no sirve dedicar todos tus esfuerzos a manejar herramientas de diseño.
No nos engañemos. Saber manejar los programas que necesitas en tu trabajo es muy importante y, si llegas a dominar su uso, puede darte una gran ventaja frente a otros diseñadores. Además aprender puede resultar hasta divertido.
Si estás comenzando en el diseño, o si como yo eres un poco torpe con los programas, focalizar todos tus esfuerzos en manejar herramientas de diseño no ha sido ni será nunca lo más acertado, por lo menos para mí.
He aquí algunas de las razones:
1. El software de diseño cada vez es más fácil de usar
Los programas que utilizamos cada vez son más sencillos y sólo tienen las funcionalidades básicas que necesitamos para trabajar de manera óptima.
Solo nos tenemos que fijar en cómo Sketch ha sustituido a Photoshop en muy poco tiempo como el nuevo estándar a la hora de diseñar interfaces.
Esto se consigue escuchando a tus clientes y convirtiendo el diseño centrado en el usuario en uno de los valores principales de producto, algo que Adobe ha ido olvidando poco a poco.
Solo así se explica que el pequeño equipo de Bohemian Coding haya podido acabar con el monopolio de una multinacional tan grande como Adobe Systems.
La mayoría de los diseñadores que nos dedicamos a diseño de producto hemos introducido Sketch en nuestro flujo de trabajo con muy poco esfuerzo y grandes resultados.
Pero cada poco tiempo surgen alternativas a Sketch de gran calidad (como Figma o el esperado Invision Studio) aportando nuevas maneras de trabajar que se pueden traducir en una mejora de nuestros servicios y sobre todo en menos horas en la oficina delante del ordenador.
2. La importancia del proceso de trabajo
Muchos diseñadores siguen empeñados en centrarse sólo en lo visual de nuestra profesión, generalmente también invierten todo su tiempo en dominar la/s herramienta/s que utilizan, dejando de lado las diferentes metodologías y procesos que tenemos a nuestra disposición para desarrollar un proyecto de manera óptima.
Invertir nuestro tiempo en descubrir y aplicar nuevas metodologías y ejercicios que nos ayuden a mejorar nuestro trabajo es fundamental para mejorar también en nuestra profesión.
Mientras tanto muchas compañías siguen buscando un perfil con superpoderes que además de dominar varios programas y lenguajes de programación derroche talento, algo muy difícil de encontrar y sobre todo caro. Muy caro.
¿No sería más sostenible para la empresa, contar con el talento del equipo y organizar un flujo de trabajo que funcione y que se pueda ir optimizando aprendiendo de los errores que se hayan ido cometiendo?
3. El mercado pide diseñadores completos
Un diseñador completo (o generalista) a diferencia del diseñador especialista tiene una amplia gama de habilidades. Es capaz de desarrollar la estrategia UX, plantear un research, diseñar un interfaz o dirigir una sesión de test de usuario, incluso puede que tenga que picar algo de código. ;)
Los proyectos siempre van más rápido cuando un diseñador se encarga de ellos de principio a fin, conoce todas las partes del proyecto, es más flexible a la hora de trabajar y tiene en cuenta los recursos de los que dispone.
Hemos pasado de la era industrial a la era del conocimiento, ya no necesitamos operarios que aprieten con habilidad durante interminables horas el mismo tornillo hasta que suene la sirena de la fábrica.
Necesitamos saberes no perecederos y que además sirvan en distintos contextos, fases y proyectos.
Básicamente eso es lo que se viene pidiendo en la mayoría de startups y empresas que tienen a sus empleados como principal activo de la compañía.
De esto ya le preguntaron en 2016 a Chris Thelwell de Envato; puedes leer más sobre el tema en Should designers be generalists or specialists?
A modo de conclusión
Tenemos la gran suerte de trabajar en un entorno cambiante. Cada día se lanzan nuevas herramientas, nuevos ejercicios de ideación y nuevas metodologías que facilitan (o en algunos casos complican) nuestra profesión.
Lamentablemente saber todos los atajos de teclado y trucos de un programa no va a hacer que el producto en el que estás trabajando sea mejor, ni siquiera que sea más bonito.
Si estás empezando, es el momento ideal para aprovechar tu energía en aprender un montón de cosas de manera rápida en lugar de obsesionarte con dominar un programa de diseño gráfico.
En el caso de los que llevamos más tiempo, es el momento idóneo para soltar lastre, descartar viejas creencias sobre nuestra profesión y aprender un montón de cosas nuevas.